Tuvimos que esperar doce temporadas para gritarlo, CAMPEONES. Atrás quedaron los seis segundos lugares, los casi casi, las frustraciones. Con una temporada redonda, un equipo invicto, sólo siete goles en contra, La Schwartz salió campeón en la temporada 24. A estadio lleno, con ambiente de final, sólo un milagro podía ahogar el grito de la hinchada (sólo se perdía el campeonato perdiendo por más de cuatro goles). Y el grito vino con el pitazo final. Corrieron los hinchas, corrió Juan Antonio Grille, ex baluarte del equipo, y ahora flamante entrenador del campeón, levantaron en andas a los jugadores, el cuerpo técnico, a los de la banca. A la salida del estadio, en el frontis del estadio, con toda la emoción en las venas, el ex-capitán subió hasta el escudo del equipo y, con martillo en mano, sacó de cuajo las seis estrellas de plata. “Cada vez que entraba al estadio, al ver esas estrellas, sólo recordaba las frustraciones que nos causaron, no las podía ver. ¡ Que nunca más celebremos segundos lugares!”

Los dirigentes siguiendo el ejemplo del entrenador, han sacado las seis estrellas de manera definitiva de todos los escudos oficiales. El entrenador, más calmo, llamó a tranquilizar los ánimos. “Se nos viene un nuevo desafío, nuevamente somos del montón, y por un tiempo no pelearemos grandes cosas. Debemos dedicarnos a mejorar cada día, mantenernos en V, y ,espero, pronto subir de nuevo.”